Extraños en un tren fue filmada en 1951 por el director Alfred Hitchcock. Esta cinta expone nuevamente uno de los tópicos favoritos del cineasta: la dualidad psicológica. La cual es avisada en las primeras tomas cuando se nos presentan dos pares de zapatos, los unos de colores sobrios, sencillos y sin adornos, por su parte los otros ostentosos y vulgares. En tal sentido el calzado es la carta de presentación de los dos personajes, los cuales son expuestos con características similares. Por ejemplo tanto Guy Haines como Bruno Anthony son mostrados como tipos inseguros que andan en busca de una identidad que les permita enfrentarse al mundo.
La dualidad psicológica es representa por medio de la locura (Bruno) y la lucidez (Guy). Según Robin Wood, en su libro el Cine de Hitchcock, Bruno disfraza bajo una relativa demencia aquellos impulsos destructivos y subversivos que existen, escondidos, en toda persona. Las sensaciones y los sentimientos expresados por este personaje son desarrollados en toda la película mediante un juego de claro-oscuros, que lo hacen ver sombrío y tenebroso. Sin embargo las alucinaciones de Bruno son reflejadas en la supuesta lucidez de Haines, puesto que en este último gravitan deseos oscuros como el asesinato. En otras palabras la distancia entre la racionalidad y la irracionalidad en Hitchcock es lo suficientemente débil como para que de ellas surja un pacto siniestro.
Extraños en un tren o Pacto siniestro, agudiza el encanto que tiene Hitchcock por presentar personajes cuyo estado psicológicas e ideas son algo perturbadas y con cierta connotación maldad así como encanto por el asesinato, quienes por lo general buscan cometer el crimen perfecto, asimismo, se desarrolla el papel del personaje falso culpable. Estos dos últimos aspectos se pueden relacionar perfectamente en la escena cuando Guy Haines va a visitar a su esposa Miriam, quien le informa que no le dará el tan solicitado divorcio. Guy llama a su nueva prometida, Anne Faulkner y en medio del enojo y fustración que sentía por la decisión de su esposa, declar fuertemente su intención de matarla, estrangularla. De esta forma se genera el móvil y vínculo perfecto con la perfecto con la conversación en el tren con el "extraño", así como con el crimen.