Este espacio se creó con el fin de generar intercambio, discusión, entretenimiento y análisis entorno a los filmes
realizados por Alfred Hitchcock.

viernes, 4 de noviembre de 2011

La doble visión de Hitchcock


Hitchcock en Psicosis, nuevamente, asume hasta cierto punto los temas de asesinatos, de falso-culpable y el crimen perfecto, marca en cuanto a tópicos del director. De igual forma, busca generar la duda en el espectador, temáticas que el director revisita numerosa veces a lo largo de las múltiples producciones, hace tangible las ideas en relación con esta actividad humana (incluidas aquellas que se consideran como normales) donde las personas pueden estar enfermas, es decir, neuróticas.
Por tal razón, se podría afirmar que el director hace que la locura se vuelva cotidiana, en otras palabras Hitchcock realza las acciones que no pueden ni deben hacerse. Por ejemplo el hecho de que los enamorados, Sam y Marion, se reúnan a escondidas significa que existe un vínculo sexual, con lo cual nuestra resistencia moral es socavada.    
Por otra parte, en la escena que protagoniza Cassidy la honorabilidad del espectador es “quebrantada”, principalmente cuando este menciona que la infelicidad se combate pagándola, ya que nos invita a cometer cualquier acto licito o no para tratar de conseguir lo que se quiere. Lo mismo sucede con Marion cuando decide robar los 40 000 dólares, tal como lo dice Robin Wood en su libro el Cine de Hitchcock, ella renuncia a sus poderes de voluntad consciente, en consecuencia se presenta como un personaje incapaz de dominar sus acciones racionales convirtiéndolas en indecentes.  


No obstante el eje central de la película se especifica entre el comportamiento compulsivo de Marion y el psicopático de Norman Bates. El ligamen que se teje en ambos es friccionado con el asesinato de la mujer, pues en primer lugar el crimen parece irracional sin embargo encuentra fundamento si lo miramos desde la perspectiva de Bates. Como segundo dejamos de identificarnos con Marion y poco a poco sentimos una cierta simpatía por el psicópata, por consiguiente Hitchcock en ese momento hace que el espectador también sea un asesino, es decir, que sea el protagonista de la cinta. Por ende el público llega creer que las actitudes de Bates son normales.
Básicamente el filme abarca dos tramas, una dependiente de la otra para comprender el contexto en que se inscribe el relato cinematográfico que se desarrolla por medio del empleo símbolos que muestran al espectador situaciones irregulares en las que el crimen está a flor de piel. Ambas historia permiten observar como una persona puede variar su comportamiento en solo cuestión de segundos y que dicha modificación lo conduzca a cometer aquello que se sabe que no es correcto, pero que todas formas es realizable.  

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